sábado, 27 de abril de 2013

Libertad ante la enseñanza y la doctrina oficial.



En su modo de enseñar Jesús no sigue el método tradicional; su enseñanza impresiona a los asistentes a la sinagoga, precisamente por no ser como la de los maestros oficiales (Mc 1,22 par.). No se somete a escuelas de exégesis: rechaza así la doctrina de los letrados sobre el Mesías hijo/sucesor de David (Mc 12,35-37 par.), que fundaba el espíritu nacionalista violento del pueblo; tampoco sigue las escuelas reconocidas de moral, y no admite el mandamiento de Moisés sobre el repudio, que degrada a la mujer (Mc 10,1-12 par.). Se opone a la teología de los saduceos, partido de los dirigentes del templo, y. rectifica la concepción materialista de los fariseos sobre la resurrección (Mc 12,18-27 par.). 

Muestra la misma libertad respecto a los escritos del AT: Omite versículo s del AT que no concordaban con el mensaje (en Mt 11,5, omite Is 35,4b o 61,2b). Un ejemplo patente es el que aparece en Lc 4,19, cuando comenta un pasaje de Isaías en la sinagoga de Nazaret; después de pronunciar las palabras sobre «el año favorable del Señor» omite la segunda parte de versículo de Isaías (Is 61 .2b): «el día del desquite del Señor nuestro Dios», que anunciaba la victoria y la venganza contra los paganos, provocando la oposición de sus paisanos, de ideología nacionalista exaltada. En el evangelio de Mateo Jesús deroga varias prescripciones de la antigua Ley: rechaza el repudio, los juramentos y la ley del talión (Mt 5,31-42).

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