sábado, 27 de abril de 2013

La figura del éxodo.



Puede, sin embargo, extrañar que en los evangelios no aparezca el sustantivo eleuthería, «libertad de/liberación», y raramente el verbo (liberar) y el adjetivo (libre) correspondientes, refiriéndose a la acción de Jesús (Jn 8,33-36). Esto se debe, en realidad, a un cambio cultural en el modo de formular el hecho: lo que nosotros expresamos con el concepto de «liberación», en la cultura hebrea se expresaba con la figura del éxodo, y precisamente en términos de éxodo se interpreta la obra de Jesús en los cuatro evangelios. La figura del éxodo comprende la salida de la tierra de opresión (la sociedad judía o pagana) y la llegada a la tierra prometida (el
reino de Dios, la sociedad nueva). Incluyendo a los paganos esclavizados, la liberación se expresa también como «rescate» (Mc 10,45 par.), . 

Los episodios de los panes se desarrollan según las figuras del éxodo: suceden «en un lugar desierto» y los panes toman el puesto del antiguo maná. La enseñanza que Jesús propone a la multitud en estos episodios es la solidaridad como modo de liberarse de la opresión y la miseria en que los tiene el sistema económico de la sociedad judía o pagana. En Juan se subraya el simbolismo del éxodo diciendo que Jesús cruzó al otro lado del mar (6,1), con evidente alusión al mar Rojo, y que estaba cerca «la Pascua de los judíos», la fiesta de la liberación de Egipto (6,4).

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