La
labor liberadora de Jesús adquiere diversos matices según los tipos de gente
con los que se ejerce. Mucha gente estaba integrada y acostumbrada a vivir bajo
un sistema opresor. En ese caso, la actividad liberadora de Jesús empieza por despertar
la conciencia de la opresión y de la necesidad de opción, en sacudirlos de la
situación acrítica en que se encuentran los que están dormidos en la costumbre,
en el sistema. Así sucede, por ejemplo, en la sinagoga de Cafarnaún (Mc 1,22b-28).
La
libertad está encadenada en los poseídos y endemoniados, figuras de los
fanáticos de una ideología destructora; por eso la liberación del fanático, que
ha renunciado a su libertad
(espíritu crítico) es más difícil; de ahí que se describa en los evangelios con rasgos de violencia (Mc 1,25s; 9,26).
(espíritu crítico) es más difícil; de ahí que se describa en los evangelios con rasgos de violencia (Mc 1,25s; 9,26).
En
cambio, hay hombres inquietos y que gozan de un grado de libertad que les
permite llevar a la práctica una posible opción. Esos son los que llama Jesús
para construir su alternativa (Mc 1,16-22a; 2,14).
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