sábado, 27 de abril de 2013

Diferentes destinatarios.



La labor liberadora de Jesús adquiere diversos matices según los tipos de gente con los que se ejerce. Mucha gente estaba integrada y acostumbrada a vivir bajo un sistema opresor. En ese caso, la actividad liberadora de Jesús empieza por despertar la conciencia de la opresión y de la necesidad de opción, en sacudirlos de la situación acrítica en que se encuentran los que están dormidos en la costumbre, en el sistema. Así sucede, por ejemplo, en la sinagoga de Cafarnaún (Mc 1,22b-28). 

La libertad está encadenada en los poseídos y endemoniados, figuras de los fanáticos de una ideología destructora; por eso la liberación del fanático, que ha renunciado a su libertad
(espíritu crítico) es más difícil; de ahí que se describa en los evangelios con rasgos de violencia (Mc 1,25s; 9,26). 

En cambio, hay hombres inquietos y que gozan de un grado de libertad que les permite llevar a la práctica una posible opción. Esos son los que llama Jesús para construir su alternativa (Mc 1,16-22a; 2,14).

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